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Casco de Santo Tomás IPN, Calle Lauro Aguirre, Agricultura, Miguel Hidalgo, Ciudad de México, México
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[VI. La cuestión de la táctica revolucionaria. Análisis del movimiento revolucionario y la lucha de masas]
12 fojas mecanografiadas. Manuscrito referente a la de la táctica revolucionaria y su objetivo, el derrocamiento de Estado burgués. También se presenta la revisión del panorama de la lucha de clases en México, desde la revolución de 1910-1917 hasta 1968. Reflexionan sobre el reformismo burgués y como este encauzó los movimientos de masas. Critican el carácter neo terrateniente de Carranza y Obregón, el desarrollo de la agricultura supeditada al comercio exterior y al crédito financiero que se promovió durante el cardenismo. Presentan una critica y análisis del desarrollo histórico del capitalismo de Estado en México, su vínculo con la política reformista y como esta, tomó por décadas la hegemonía de los movimientos populares; con el paso del tiempo la democracia mexicana se convirtió en un régimen despótico y corporativo. Examinan los movimientos populares de 1958-1960, observan el auge de la clase obrera industrial y magisterial, cómo el despotismo se convierte en una forma de gobierno, a la par que se hace patente la carencia por parte del proletariado de un partido político revolucionario. En estos movimientos se daban las últimas luchas por reformas, dentro de la legalidad y las instituciones burguesas; se posicionó el proletariado como vanguardia de lucha, y se inició la quiebra de la izquierda reformista, así mismo se presenció la “bestial” represión del gobierno del Presidente López Mateos. Es en medio de esta crisis, es que surgen círculos marxistas -leninistas que buscan la lucha consecuente contra el Estado burgués. Presentan un análisis breve sobre la lucha popular a partir de 1965. Observan la efervescencia de luchas inconexas y frecuentes a lo largo del país, que afectan a sectores de todas clases sociales, por ejemplo: el movimiento médico, conflictos de los telefonistas, movimientos campesinos, el movimiento de petroleros eventuales; resaltan el auge de la lucha estudiantil-popular, con la huelga nacional de las escuelas tecnológicas y de agricultura en 1967, así como, el movimiento de julio de 1968. La respuesta a esta efervescencia popular es la mano dura del gobierno a través de su aparato policiaco-militar, que aplasta los movimientos de manera brutal, por ejemplo: la masacre de los copreros en Acapulco, el ataque a universidades en el interior de la República, la represión a la caravana de petroleros eventuales, etc. Identifican que este auge de lucha de masas, muestra la necesidad de una nueva política en la orientación de los movimientos populares, que logre unificarlas. Juzgan que el movimiento estudiantil-popular de la segunda mitad de 1968, marca el punto de partida para una nueva época en la lucha de clases en México. Caracterizan la movilización de julio del 68, resaltan las nuevas organizaciones de lucha, como, los comités de lucha, las brigadas políticas, las asambleas populares , se observa la alianza obrero-estudiantil-campesina y cómo resistieron la represión policiaca y el despliegue militar. Indican que la masacre del 2 de octubre de 1968, representa la declaración de guerra del Estado burgués en contra del pueblo; dada la resistencia del movimiento estudiantil-popular a la violencia policiaca-militar, lo consideran un ataque genocida en contra del pueblo, ordenado desde Palacio Nacional. Reflexionan sobre consolidación de la lucha armada revolucionaria como respuesta a la violencia del Estado. Finalmente, señalan que la tarea del proletariado es apoyarse y nutrir el movimiento revolucionario disperso por la República Mexicana y la lucha de masas que sigue creciendo después de la masacre de Tlatelolco. -
[VI. La cuestión de la táctica revolucionaria. Plan de acción del movimiento revolucionario]
28 fojas mecanografiadas. Reflexión entorno a la acción del movimiento revolucionario. Se plantea la necesidad de orientar la lucha de masas bajo la dirección de un plan específico. Analizan que el movimiento estudiantil-popular de 1968 demostró la debilidad y fortaleza, tanto del movimiento popular como del gobierno burgués. Reflexionan sobre la incorporación del proletariado mexicano a la lucha de masas y su papel como vanguardia del movimiento revolucionario socialista, sus fortalezas y debilidades para la organización y la lucha en contra del poder burgués. Sobre la centralización del movimiento revolucionario, señalan la incapacidad que tiene la izquierda revolucionaria de superar la espontaneidad de la lucha de masas y trazar una política nacional que de dirección a los movimientos que se encuentran diseminados por el país. Llaman a centralizar política y orgánicamente al movimiento revolucionario disperso, en un partido proletario marxista-leninista, para encauzar políticamente la lucha. Respecto al partido proletario, señalan que la coyuntura de agitación social que se vive, es idónea para su construcción. Discuten sobre la diferencia entre el movimiento revolucionario y movimiento socialista, así como, la lucha por la libertad política que consideran que es el contenido que unifica al movimiento popular. Presentan un análisis sobre esta libertad política y su vínculo con la revolución y el socialismo, para ello hacen una semblanza histórica de la lucha de las masas trabajadoras por la libertad política, desde la Revolución de Ayutla de 1854 hasta 1969. Indican que es la democracia directa y no la representativa la que busca ejercer el pueblo en las calles, la cual reside en la acción popular. Examinan las dos tácticas de la izquierda mexicana, por un lado la reformista , que busca reducir la lucha de masas a simple “presión democrática sobre el Estado” y la línea revolucionaria orientada hacia la democracia directa y hacia la lucha en contra del Estado burgués. Exploran el papel, los objetivos y estrategias de la agitación política, llaman la atención sobre la urgencia de crear prensa revolucionaria nacional, como instrumento de propagación y lucha ideológica. Deliberan sobre la lucha económica y la lucha política, sobre cómo se entrelazan y la tarea de los revolucionarios de subordinar las demandas económicas a la lucha política general contra el Estado burgués. Examinan la organización independiente de las masas y las nuevas formas de organización observadas en el curso del movimiento estudiantil de 1968. Discuten la línea sindical del movimiento obrero y los comités de lucha. Ante la persecución policiaco-militar del régimen, plantean la necesidad de la organización de la lucha de manera clandestina, con el fin de garantizar la vigencia del movimiento. Presentan algunas de las acciones que pueden tomar los comités de lucha para organizarse y protegerse desde la clandestinidad. Finalmente, destacan la necesidad de organizar la lucha para enfrentar la represión del régimen y entrenarse para la repuesta, es decir, para ejercer la violencia revolucionaria. Estudian como la violencia estatal genera respuesta tanto en zonas rurales como urbanas, las consideran el germen de la guerra popular, pero reconocen sus limitantes al ser espontáneas. Hacen patente la necesidad de educar al pueblo, movilizarlo y armarlo.